líneas

hoy tuve un sueño de inusitada claridad. el origen se resumía en un cuerpo. quizá era aquella mujer de vagina dentada o un hombre sin rostro, no lo sé. iba de blanco, eso sí recuerdo. las grandes telas blancas que colgaban de su ser hacían ondulaciones con el viento. sedas blancas que cantaban acariciando un cuerpo levitante, un cuerpo que se movía inmóvil, suspendido que repetía aquí, aquí.

me desperté sabiendo que en las últimas palabras de aquel ser parecido a un ángel estaban las llaves sobre el origen, mi origen. me levanté pero al hacerlo me encontré con tu cuerpo caliente. no pude evitar acariciarte. y con una caricia comenzó ese fuego que hasta hoy nos mantiene juntos. nuestros cuerpos recreaban el abismo que los separa aventado retazos de ardor y llamas blancas, como si alimentáramos a dos animales enfurecidos.

cuando me levanté de la cama el sueño se me había olvidado. ya no existían las últimas palabras que pronunció aquel ser venido de las rocas. una vez más me encontré ante la página en blanco, ante el hueco, mi vacío, sin posibilidad de articular palabras.