Monday, November 12, 2007

respuesta

hace algunos días le mande una carta a mi reina catalana, gran mujer, que tuvo el tino de responder con el siguiente poema de gioconda belli -otra gran mujer- que transcribo íntegro. vaya pues poema y todo mi amor a las grandes putas de este mundo.


Desde la mujer que soy,

Desde la mujer que soy,
a veces me da por contemplar
aquellas que pude haber sido;
las mujeres primorosas,
hacendosas, buenas esposas,
dechado de virtudes,
que deseara mi madre.
No sé por quéla vida entera he pasado
rebelándome contra ellas.
Odio sus amenazas en mi cuerpo.
La culpa que sus vidas impecables,
por extraño maleficio,me inspiran.
Reniego de sus buenos oficios;
de los llantos a escondidas del esposo,
del pudor de su desnudez
bajo la planchada y almidonada ropa interior.
Estas mujeres, sin embargo,
me miran desde el interior de los espejos,
levantan su dedo acusador
y, a veces, cedo a sus miradas de reproche
y quiero ganarme la aceptación universal,
ser la "niña buena", la "mujer decente"
la Gioconda irreprochable.
Sacarme diez en conducta
con el partido, el estado, las amistades,
mi familia, mis hijos y todos los demás seres
que abundantes pueblan este mundo nuestro.
En esta contradicción inevitable
entre lo que debió haber sido y lo que es,
he librado numerosas batallas mortales,
batallas a mordiscos de ellas contra mí
-ellas habitando en mí queriendo ser yo misma-
transgrediendo maternos mandamientos,
desgarro adolorida y a trompicones
a las mujeres internas
que, desde la infancia, me retuercen los ojos
porque no quepo en el molde perfecto de sus sueños,
porque me atrevo a ser esta loca, falible, tierna y
vulnerable,
que se enamora como alma en pena
de causas justas, hombres hermosos,
y palabras juguetonas.
Porque, de adulta, me atreví a vivir la niñez vedada,
e hice el amor sobre escritorio
s-en horas de oficina-
y rompí lazos inviolables
y me atreví a gozar
el cuerpo sano y sinuoso
con que los genes de todos mis ancestros
me dotaron.
No culpo a nadie. Más bien les agradezco los dones.
No me arrepiento de nada, como dijo la Edith Piaf.
Pero en los pozos oscuros en que me hundo,
cuando, en las mañanas, no más abrir los ojos,
siento las lágrimas pujando;
veo a esas otras mujeres esperando en el vestíbulo,
blandiendo condenas contra mi felicidad.
Impertérritas niñas buenas me circundan
y danzan sus canciones infantiles contra mí
contra esta mujer
hecha y derecha,
plena.
Esta mujer de pechos en pecho
y caderas anchas
que, por mi madre y contra ella,
me gusta ser.

8 comments:

pk said...

(uf... qué poema)

este...
ah, sí,
acá un buen yutub sobre el escándalo del momento

Anonymous said...

El poema, en efecto, está buenísimo.

mmm

mmmm

Y qué, ¿nomás es trasgresora y uy uy mira que libre soy?

voooooy!

pk said...

dos posibles respuestas. elige la que quieras.

aavv: ¿cómo?

aavv: ah, sí...

Anonymous said...

uuuuh, pues, qué humor!

Angel y Demonio said...

Uf, sí, el poema está buenísimo, y la identificación, tremenda. :) Muy muy buen aporte, mi estimado peca. :)

Un abrazote!!
Tu amiga A&D

Adrián Santuario said...

reí mucho con "las chiquitas 'louis vuitton' no son mas que las brujas del porvenir".

qué bueno que estas de regreso.


¿cuándo nos vemos?.



abrazo.

elisa said...

esta frase: "Pero en los pozos oscuros en que me hundo,
cuando, en las mañanas, no más abrir los ojos,
siento las lágrimas pujando;" y lo de las caderas anchas, me vienen que ni mandandas a hacer. gracias tantas, querido. un beso.

pk said...

ni qué, linda. ya me acuerdo de ti!
un beso sísmico como tus tierras.

pero es cierto, adrián, las hemos visto en altavista, en polanco en muchos lados!! coño, y son insoportables. eso sí, algunas, por putas, se salvan. abrazo

elisa querida, espero que vayas saliendo de ese lugar y tu cuerpo se encienda de nuevo. va otro abazote