también johann wolfgang goethe viajó por la anahuac, sobre la cuál esribió:
cuando contemplamos una existencia así, que cuenta alrededor de dos mil años de fecha, y que las vicisitudes de los tiempos han cambiado tan diversamente y tan de raíz, dejando, sin embargo, subsistentes el mismo suelo, la misma montaña, hasta con frecuencia las mismas columnas y muros, y en el pueblo las huellas del carácter antiguo, nos volvemos partícipes de las grandes decisiones del destino, de suerte que al principio se le hace difícil al observador desentrañar cómo la ciudad sigue a la ciudad, y no sólo la nueva y la antigua, sino deslindar también las diversas épocas de la antigua y la nueva…